De acuerdo a algunos lingüistas, la frase “Los Tres Golpes” debió originarse en la década de los 70´s cuando se popularizó aquello de “¿Cuánto es el golpe?”, en alusión al momento de pagar en los restaurants. Dicha frase equivaldría al desayuno, almuerzo y cena… A continuación se advertirá sobre la Importancia Bélica de una buena alimentación; especialmente en estos momentos, cuando hay que estar “mosca” por la inminente invasión del Imperio y además, peleamos con Colombia, España, México, etc…
Las grandes potencias de Europa, Estados Unidos y parte de Asia, ven como asunto serio a la alimentación de su población; porque ante un eventual conflicto militar, ellos serán la tropa, el ejército que defenderá al país o invadirá al enemigo; y para eso, hay que estar “bien papeao”. Es por eso que los ministerios, secretarías o departamentos de salud y defensa de éstas naciones, han estructurado regímenes alimentarios y dietas especialmente dirigidas a la población infantil y juvenil, para que logren su óptimo desarrollo físico y agilidad mental; factores vitales y determinantes en la superioridad de un ejército. Aunque algunas de éstas dietas pueden tener efectos adversos con los años, que serán comentados la próxima semana.
Ahora… ¿Cómo come el venezolano?... nuestra alimentación es preocupantemente pobre e irregular… pues en ves de procurar la adecuada proporción de los grupos alimentarios (proteínas, carbohidratos y grasas) se basada en la “fuerza” que uno tenga en el bolsillo y en el tiempo que dispongamos para comer entre el trabajo, estudios y otras responsabilidades. Por lo general, la gente se resuelve el desayuno con unas empanadas embadurnadas en aceite, almuerza cualquier cosa, lo que consiga, tal vez una eventual pasta o carne y en la noche se puede “fusilar el hambre” con una “bala fría”.
La mayoría de los nutricionistas, afirman que el grueso de la población Venezolana -y especialmente los sectores mas pobres- se alimenta muy mal, lo que se traducirá más adelante, en un limitado desarrollo físico e intelectual y -atención militares- en un ejercito de solados débiles y de poca agilidad mental, que estarán en una abismal desventaja con los Yankees, Europeos o tropa de cualquier país preocupado por la alimentación de su pueblo.
…Basta con que usted se fije en la tropa de nuestro ejército y la armada, muchos de ellos flaquitos, débiles, provenientes en su mayoría de sectores muy pobres; siendo peor el caso de la reserva; muchos, señores entrados en edad y con su correspondiente barriga cervecera; ellos, por más mística y amor a la patria que tengan, no verían luz al enfrentarse a un soldado norteamericano o alemán de un metro noventa, que de paso tiene fusil con mira laser-telescópica, apoyo satelital, binoculares de visión nocturna y todas las armas de última generación que puedan imaginar… es decir, que no llevaríamos vida…
Pero hay más… Hay una situación preocupante y vergonzosa. Cuando el “Máximo Líder” toma el poder en 1999, una de las propuestas bandera fue promover la inversión agropecuaria pública y privada, para producir lo que nos comemos y alcanzar la tan cacareada Soberanía Alimentaria… a lo largo de éstos nueve años, se hicieron cientos de fundos, cooperativas y propuestas agrícolas que fracasaron una tras otra, gracias a la corrupción (que se incrementó) y por otro lado se castigó y estigmatizó a los “oligarcas” de la inversión privada.
Trayendo como resultado, lo siguiente: En 1999, importábamos el 75% de lo que nos comíamos; hoy, 9 años después, ¡casi una década! -y reconocido por el propio gobierno- ya no es el 75, sino el 85% de lo que nos comemos, lo que viene del exterior; ya sea de Colombia, Estados Unidos, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Nicaragua o de cualquier parte, menos de aquí.
Lo que representa una alarmante debilidad militar; pues si alguien de verdad nos declarara la guerra o nosotros se la declaramos, bastaría con que nos bloqueen las costas, para derrotarnos, sin un tiro… pues no nos llegaría alimento y tendríamos que rendirnos; no por falta de valentía, coraje o patriotismo, sino porque en una semana, nos estaríamos muriendo de hambre…
Ante esta realidad, la invasión imperial y el conflicto inminente con Colombia constituyen una peligrosa “mamadera de gallo”, que solo busca desviar la atención… lo contrario, sería una monstruosa irresponsabilidad, producto de una idiotez suicida. Por eso recuerden, que para ir a una guerra necesitamos (además de un motivo real) estar bien alimentados y producir lo que nos comemos.
Nota final: En pleno siglo XXI, las guerras son algo relativamente pasado de moda, casi la todos de los conflictos entre naciones se resuelven por la vía diplomática y económica, quedando rezagada la salida militar solo a los más atrasados países de África, el Medio Oriente, al genocida de George Bush y a uno que otro loco, resentido social que cada día se parece más a éste último.
Luis Aular Leal