En un país donde ya no existen niños de la calle y la pobreza se redujo a 30% -según dijo el Máximo Líder, en quien debemos creer con ciega devoción- la capacidad de resistencia de la población debe ser extraordinaria y quedó demostrada, cuando nuestro glorioso Líder y los Diputados de la Asamblea, dieron una épica muestra de aguante: Él, al hablar y ellos, al calarse, el sabio discurso de siete horas treinta y cuatro minutos, pronunciado por el Comandante en Jefe de La Revolución, el pasado Martes 13.
¿Extenso?.... ¡No, quién dijo!... eso de ser breve, concreto y de tener capacidad de síntesis, son vainas oligarcas y pitiyankees que enseñan en las Universidades apátridas no intervenidas… si el Máximo Líder habla siete horas treinta y cuatro minutos; es porque en cada segundo se esas siete horas treinta y cuatro minutos dijo algo brillante e ingenioso… pues su palabra, es como la de Dios… ¡Jamás se equivoca!.
Es posible que algunas personas, de esos fieles, circunspectos e inmaculados revolucionarios que solo ven VTV y no se pelan “La Hojilla” ni el programa de Alberto Nolia, piensen que la grandeza del Comandante, llega hasta el punto de que Él, ni orina, ni hace pupú… pero hasta donde yo sé, es un ser humano -creo- y por ende no está exento de las necesidades fisiológicas…
Es decir, que el hecho de aguantar siete horas treinta y cuatro minutos sin orinar ni hacer lo otro, es producto de un admirable autocontrol y estamos en presencia de unos verdaderos “Esfínteres Revolucionarios”; tanto del Presidente como de los demás, porque ¡Ningún Diputado se levantó!, ¡Ningún Ministro fue al baño!, todos siguieron el ejemplo y escucharon atentamente… Si, dije atentamente, porque cuando Aristóbulo cerró los ojos o cuando Müller Rojas le pegaba la barbilla al pecho, no se estaban durmiendo, ¡No!, ¡Cómo se te ocurre!... estaban meditando profundamente (muy profundamente, como en la Onda Delta más o menos) las enseñanzas y logros del Máximo Líder.
Pero hay un detalle importante; el aguantar las ganas de orinar por mucho tiempo, puede originar posteriormente problemas de incontinencia, impotencia, infecciones en las vías urinarias y si no se tratan, hasta pielonefritis. De la misma manera que aguantar las ganas de evacuar, puede provocar a la larga, algún tipo de lesión en el colon sigmoide, recto e incapacidad para controlar el esfínter anal… Y sería una vergüenza revolucionaria, ver al Máximo Líder, a los Diputados y Ministros usando securetza y de paso, impotentes… ¡No lo podemos permitir!...
Por lo tanto, es mi deber patriótico, sugerir que en el próximo discurso de siete horas treinta y cuatro minutos o más, el Presidente haga un Coffe-break (perdón, palabra imperialista) quise decir, que dé un breve receso; un minirecreo pues, para que los Diputados y Ministros vayan al baño y luego se tomen una agüita; porque de paso, el único que tomaba agua era él, osea que el resto de los presentes, después de siete horas treinta y cuatro minutos, tenían que estar medio deshidratados.
Ante esta realidad de siete horas y media, sin derecho a pataleo, solo queda pensar en el futuro de ésta Venezuela Revolucionaria, Socialista y Roja Rojita; pues de aprobarse la enmienda constitucional (Léase; la reelección continua, indefinida y perpetua) tendremos que seguir el “digno” ejemplo de los Diputados y Ministros… en otras palabras, ¡Vayan aprendiendo a apretar ese esfínter!...
Luis Aular Leal.
¿Extenso?.... ¡No, quién dijo!... eso de ser breve, concreto y de tener capacidad de síntesis, son vainas oligarcas y pitiyankees que enseñan en las Universidades apátridas no intervenidas… si el Máximo Líder habla siete horas treinta y cuatro minutos; es porque en cada segundo se esas siete horas treinta y cuatro minutos dijo algo brillante e ingenioso… pues su palabra, es como la de Dios… ¡Jamás se equivoca!.
Es posible que algunas personas, de esos fieles, circunspectos e inmaculados revolucionarios que solo ven VTV y no se pelan “La Hojilla” ni el programa de Alberto Nolia, piensen que la grandeza del Comandante, llega hasta el punto de que Él, ni orina, ni hace pupú… pero hasta donde yo sé, es un ser humano -creo- y por ende no está exento de las necesidades fisiológicas…
Es decir, que el hecho de aguantar siete horas treinta y cuatro minutos sin orinar ni hacer lo otro, es producto de un admirable autocontrol y estamos en presencia de unos verdaderos “Esfínteres Revolucionarios”; tanto del Presidente como de los demás, porque ¡Ningún Diputado se levantó!, ¡Ningún Ministro fue al baño!, todos siguieron el ejemplo y escucharon atentamente… Si, dije atentamente, porque cuando Aristóbulo cerró los ojos o cuando Müller Rojas le pegaba la barbilla al pecho, no se estaban durmiendo, ¡No!, ¡Cómo se te ocurre!... estaban meditando profundamente (muy profundamente, como en la Onda Delta más o menos) las enseñanzas y logros del Máximo Líder.
Pero hay un detalle importante; el aguantar las ganas de orinar por mucho tiempo, puede originar posteriormente problemas de incontinencia, impotencia, infecciones en las vías urinarias y si no se tratan, hasta pielonefritis. De la misma manera que aguantar las ganas de evacuar, puede provocar a la larga, algún tipo de lesión en el colon sigmoide, recto e incapacidad para controlar el esfínter anal… Y sería una vergüenza revolucionaria, ver al Máximo Líder, a los Diputados y Ministros usando securetza y de paso, impotentes… ¡No lo podemos permitir!...
Por lo tanto, es mi deber patriótico, sugerir que en el próximo discurso de siete horas treinta y cuatro minutos o más, el Presidente haga un Coffe-break (perdón, palabra imperialista) quise decir, que dé un breve receso; un minirecreo pues, para que los Diputados y Ministros vayan al baño y luego se tomen una agüita; porque de paso, el único que tomaba agua era él, osea que el resto de los presentes, después de siete horas treinta y cuatro minutos, tenían que estar medio deshidratados.
Ante esta realidad de siete horas y media, sin derecho a pataleo, solo queda pensar en el futuro de ésta Venezuela Revolucionaria, Socialista y Roja Rojita; pues de aprobarse la enmienda constitucional (Léase; la reelección continua, indefinida y perpetua) tendremos que seguir el “digno” ejemplo de los Diputados y Ministros… en otras palabras, ¡Vayan aprendiendo a apretar ese esfínter!...
Luis Aular Leal.